Geología de la Luna



Los resultados preliminares logrado por la nave espacial Chang’E-3 (CE-3) china y su robot Yutu sugieren que la historia geológica de la Luna ha sido más compleja de lo que creían los investigadores.
Las medidas realizadas por radar dentro de la tierra obtenidas por Yutu revelan por lo menos nueve capas de subsuperficie debajo del área de aterrizaje del CE-3 las cuales indican que han ocurrido múltiples procesos geológicos allí, según un reporte publicado la pasada semana en la revista Science.
El científico Long Xiao y sus colegas, quienes analizaron los datos de la misión lunar, atribuyen esas capas a antiguos desplazamientos de lava y a la erosión de rocas y peñascos en regolitos, o capas sueltas de polvo, durante aproximadamente los últimos 3,3 mil millones de años.
También sugieren que la composición del área de aterrizaje del CE-3 es distinta a la de previos alunizajes. El 14 de diciembre de 2013, la nave espacial CE-3 hizo el primer alunizaje suave desde la misión soviética Luna 24 en 1976 y descargó el rover Yutu en la superficie lunar pocas horas después.
El robot, equipado con dos antenas de radar capaces de penetrar la corteza de la Luna a profundidades de aproximadamente 1.312 pies (400 metros), registró medidas constantes conforme recorrió en zigzag un área de 374 pies (114 metros) cerca del borde de un cráter reciente para proporcionar estos nuevos datos.
Yutu alunizó en una zona de la Luna llamada "Mare Imbrium", que no ha sido estudiada con anterioridad, puesto que queda lejos de los lugares donde llegaron otras misiones.
"Para comprender completamente la estructura geológica lunar, su composición material y su formación, así como su evolución, aún necesitamos un gran número de exploraciones", advirtió Xiao, quien recordó que "una cooperación internacional efectiva es necesaria considerando el alto coste de estas operaciones".
Nueva sonda
Las autoridades chinas anunciaron recientemente que planean lanzar una nueva sonda lunar al espacio antes de 2020, con el objetivo de llevar a cabo nuevos experimentos para recoger información y seguir acelerando la innovación aeroespacial, confirmó la agencia oficial Xinhua.
Se tratará de la sonda Chang'e 4, que en un principio fue desarrollada como vehículo de reserva de la Chang'e 3, que aterrizó en la superficie lunar en diciembre de 2013 con el vehículo científico Yutu convirtiendo a China en el tercer país del mundo que logró alunizar con su sonda espacial.
La Administración china Estatal de Ciencia, Tecnología e Industria de la Defensa Nacional otorgará ahora a la sonda Chang'e 4 una nueva misión.
De momento, según ha trascendido, llevará a cabo un programa financiado con inversión privada de individuales y empresas por primera vez, una decisión destinada a acelerar la innovación en el sector, reducir los costes y promover la relación entre el mundo militar y civil.
Las autoridades también planean lanzar en 2017 la sonda Chang'e 5, con la que se quiere aterrizar en la Luna, tomar muestras y retornar a la Tierra.
Antes del éxito de Chang'e 3, China ya lanzó las sondas Chang'e 1 y 2 en 2007 y 2010, pero éstas se limitaron a realizar órbitas alrededor de la Luna.
La ambiciosa carrera espacial de China responde al interés del Ejecutivo por conseguir ser el primer país de Asia en enviar a una persona a la Luna, un objetivo que, según los expertos, no llegará antes de 2025.
Características
El rover chino está equipado con cámaras y tres principales instrumentos científicos: el Radar de Penetración Lunar (LPR), el Visibilizador Espectrómetro Infrarrojo Cercano (VNIS) y el aparato de rayos X Espectrómetro de Partículas Inducido (APXS).
El nuevo estudio da cuenta de los informes de resultados de la cámara y el LPR, que pueden sondear unos 1.300 pies (400 m) bajo la superficie de la Luna.
Esos datos pintan un retrato detallado del lugar de aterrizaje del Chang'E 3, que se encuentra a sólo 165 pies (50 m) de distancia y 1.475 pies de ancho (450 m) del cráter conocido como C1.
C1 surgió de un impacto cósmico que ocurrió en algún momento hace entre 80 millones y 27 millones de años, dijeron los autores del estudio.